Título original: Revolution
Título en España: Revolución
Autora: Jennifer Donnelly
Traducción: Gemma Rovira
Año de publicación: 2010 en USA, 2013 en España
Editorial: Círculo de Lectores
Páginas: 477
Sinopsis
Andi tiene un gran talento para la música. Aparte de eso, poco hay que pueda emocionarla. Se culpa por la muerte de su hermano pequeño, una pérdida que su madre tampoco ha superado. Su padre, un prestigioso científico, hace tiempo que volvió a casarse, aunque sigue preocupado por el futuro de Andi. Por eso decide aprovechar un viaje a París para llevarse a su hija: allí podrá desarrollar su proyecto sobre un músico francés del siglo XVIII. Sin embargo, la vida de Andi da un giro tras descubrir el diario de Alexandrine, una muchacha que vivió los turbulentos años de la Francia revolucionaria. Leer su relato equivale a emocionarse con los sueños de una amiga íntima; también a sufrir con sus miedos y desengaños. Con su teatro ambulante, Alexandrine sobrevive en una época de hambre y terror. Su suerte parece cambiar cuando se convierte en la atracción favorita del pequeño Luis Carlos, hijo de Luis XVI y María Antonieta. Pero al niño le aguarda un destino cruel: Andi lo sabe antes de que el diario lo confirme. De hecho, la investigación que su padre está llevando a cabo en París está relacionada con una muestra de ADN de los últimos Borbones franceses. ¿Es una coincidencia o hay más paralelismos entre la vida de Andi y la de Alexandrine?
Mientras, en el París del presente, Andi ha conocido a Virgil, un muchacho con quien comparte su amor por la música. Es una pasión que va más allá de lo que se lee en una partitura. Porque hay muchos tipos de tristeza, pero tal vez la cura sea una adecuada combinación de amor y esperanza.
Opinión
Este libro me confunde. Tengo sentimientos encontrados. Lo leí hace semanas y todavía no sé qué decir sobre él, pero lo voy a intentar, ¿vale? Vale *autoconvencimiento*.
Revolución es un librillo curioso porque tiene dos protagonistas independientes: Andi, una jovenzuela del siglo XXI, hija de un premio Nobel, amante de la guitarra y sufridora empedernida por un drama familiar y porque su santo padre no cree en la música; y Alex, una jovenzuela del siglo XVI inteligente y sensata que, por las adversidades de ser mujer en su tiempo, debe hacerse pasar por un muchacho para sobrevivir. ¿Qué tienen un común? La música y el diario de la última, olvidado durante siglos, que por azares del destino cae en manos de la primera.
¿Qué tiene esto de confuso? Nada. Lo que pasa es que soy muy paranoica y desde el principio me gusta cavilar acerca del desenlace de las novelas juveniles, a ver si acierto. En esta ocasión me ha pasado algo muy extraño y es que, según empieza a avanzar la trama (que cuesta un poquito, dicho sea de paso) tuve una teoría; con cada giro, pista y misterio cambié de opinión y, por tanto, de teoría; casi terminando, volví a cambiar de parecer y... al final comprobé que mi primera teoría era la correcta. Y me dieron ganas de darme de tortas. No obstante, no sé si esto quiere decir que es una novela predecible o no, ya que me ha tenido en un lío de teorías... bastante raras algunas y tal vez demasiado enrevesadas para lo que resulta ser al final. Pero, oye, el suspense ha tenido su aquel.
Volviendo a las protagonistas, es normal que en una novela de estas características prefieras a una antes que a otra, pero lo mío ya es pasarse. Tengo problemas con Andi, lo confieso. Vale que sea una adolescente con razones para actuar como lo hace (como una lerda), pero eso no quiere decir que sus acciones sean lógicas. Os explico: es una muchacha con tendencias suicidas graves que, en lugar de aceptar su pasado y tirar como puede del carro, ya que su madre está bastante perjudicada y su padre es un inútil social, se dedica a echar su futuro a perder a lo tonto, a bañarse en pastillas y a intimar con mozos rubicundos de inteligencia dudosa, aun sabiendo que traen problemas. Más avanzada la novela, la cosa cambia un poco. Será el aire parisino, qué sé yo, pero la muchacha se centra, se marca una meta y descubre más de un par de cosas curiosas en el camino. Por otro lado, en cuanto entra en escena Virgilio, un exótico taxista medio rastafari de ascendencia africana que resulta tener una voz angelical y un cuerpazo divino de la muerte, a Andi se le ablanda un poco el cerebro (ah, c'est l'amour) y hace cosas que nadie haría en su sano juicio si no estuviese seguro de que se encuentra en una novela juvenil con final feliz. Reconoceré que la escena del cementerio subterráneo estuvo bien, eso sí, PERO NO ME TIRÉIS LA LENGUA.
En cuanto a Alex, la cuestión es más complicada. Es un personaje del que no se sabe casi nada y alrededor del cual puedes hacer todas las teorías que quieras mientras lees el libro, pero puedes comprobar que es una chica consciente, aguda, responsable y con talento para la interpretación. Lo que yo llamaría una "strong female character", no como otras cosas que se leen por ahí *escalofríos*. Lo malo que es que su contraparte tiene el monopolio casi absoluto del punto de vista de la novela y las partes que narra saben a poco. Además, en cuanto la cosa se pone medianamente interesante, la acción vuelve a Andi, a sus pastillas, a su tesis y a sus hormonas. La historia de Alex es más rica en detalles, personajes y sentido común. Será que prefiero la novela histórica a la contemporánea pero, si hubiese habido más Alex y menos Andi, en esta reseña habría más halagos que insultos.
No me atrevo a decir que ambos puntos de vista son complementarios porque creo que la parte de Alex podría leerse de forma independiente con total tranquilidad... si no fuese por que Andi debe averiguar qué fue de ella y resolver algún que otro misterio para cerrar la trama. Lo que sí puedo decir es que, a fin de cuentas, esta novela me ha tenido bastante entretenida y dándole vueltas a la cabeza, así que no veo razón para no recomendarlo a lectores menos quisquillosos que yo. Ahora mismo solo puede conseguirse en español pidiéndolo a Círculo de Lectores, pero me imagino que acabarán trayéndolo a las librerías antes o después. Si no, bueno, siempre nos queda el inglés :_D.
3,5/5