Reseña: La niña que recorrió Tierra Fantástica en un barco hecho por ella misma - Catherynne M. Valente

Título original: The Girl Who Circumnavigated Fairyland in a Ship of Her Own Making (Fairyland #1)
Título en España: La niña que recorrió Tierra Fantástica en un barco hecho por ella misma (Tierra Fantástica #1)
Autora: Catherynne M. Valente
Traducción: Julia Alquézar Solsona
Año de publicación: 2012
Editorial: Noguer
Páginas: 352

Sinopsis

Septiembre, una niña de doce años de Nebraska, tiene muchas ganas de vivir aventuras. Así que cuando el Viento Verde le propone viajar a Tierra Fantástica a lomos de un leopardo, no duda en aceptar su propuesta ni un segundo (¿no habrías hecho tú lo mismo?). Pero Tierra Fantástica no pasa por su mejor momento, y Septiembre deberá aliarse con un dragón amante de los libros y un extraño niño casi humano llamado Sábado para derrotar a la pérfida Marquesa y restaurar el orden.

Opinión

Después del triunfo absoluto de Deathless en mi estantería y en mi corazón, era obvio que debía atreverme con la famosa saga de título interminable que le está dando fama a la autora y que comienza con La niña que recorrió Tierra Fantástica en un barco hecho por ella misma (De ahora en adelante La niña que hizo cosas, para abreviar).

La gran característica de las obras de Catherynne M. Valente (al menos las pocas que he leído yo), es que son raras. Sí, son raras. Los universos que construye son dignos del País de las Maravillas de Alicia. Tienen tan poco sentido, que acabar por tenerlo todo. Es más, concretamente nos hallamos frente a una protagonista que lleva el nombre de un mes, su amigo y leal acompañante mitad dragón mitad biblioteca de nombre "De la A a L" (lo leí en inglés, así que no sé si coincide con la traducción española) y su compañero de piel azul y con el nombre de un día de la semana. Eso es solo el principio, ya que hay toda una serie de personajes, cada cual más extraño que el anterior, que llegarían a confundir al mismísimo Lewis Carroll. Por no hablar de las referencias a mitologías menos conocidas, como es la japonesa, que nos obligan a hacer de Google nuestro fiel aliado si queremos entenderlo todo.

Hablar de la trama es un poco complicado. Como ya digo, los elementos que conforman esta historia tienen tan poco sentido que lo tienen todo. Sin ir más lejos, la primera misión de Septiembre es recuperar la cuchara de una bruja, que había sido robada por la malvada Marquesa de Tierra Fantástica. Varias semanas después de haber acabado de leer este libro, me atrevería a decir que la moraleja o la intención de esta novela es la de potenciar la amistad y el compañerismo, sobre todo si tenemos en cuenta algunas de las acciones de Septiembre y su tesón a la hora de decidir entre la vida real, sencilla y monótona y luchar por Tierra Fantástica. Sin embargo, la historia de la Marquesa (que puede leerse en profundidad en el relato The Girl Who Ruled Fairyland For a Litlle While pero ojo, es spoiler) y la del padre de Septiembre dan a entender que hay algo más, un significado más sutil. He de confesar, no obstante, que este recurso no ha tenido demasiado éxito conmigo y que la lectura se me hizo demasiado lenta y densa para el argumento principal tan simple que tiene. Todas esas rarezas de las que os hablaba al principio, más que elementos de originalidad que debían aumentar mi interés, en ocasiones han resultado ser una carga.

El estilo de la autora es muy poético y emperifollado, como ya comenté en la reseña de Deathless, pero, si en aquella ocasión la historia y los personajes compensaron la poca simpatía que tengo por este tipo de narración, en La niña que hizo cosas no ha hecho más que incordiar, hablando en plata. Tal vez ese significado sutil sea, de hecho, demasiado sutil para mí, pero un estilo tan enrevesado es demasiado para una historia en apariencia tan simple. Cierto es que no se trata de una novela infantil, por mucho que las librerías opinen lo contrario al ver las ilustraciones, pero no puedo evitar sentir que me he perdido algo importante y que por eso no puedo disfrutar tanto del libro como otros lectores. Todas las pegas que encuentro para esta historia son muy personales, así que entiendo que a otros pueda parecerles una obra maestra. A mí, en general,  me gustó; la carga de magia y originalidad es de tamaño familiar, las cosas nunca son lo que parecen y tiene muchas frases bastante quoteables. A pesar de todo, no me ha dejado con muchas ganas de continuar la saga. Supongo que la continuaré en algún momento, pero no será pronto.

Para amantes de las historias independientes, fairytale-ish, más raras que un perro verde y de narraciones pomposas y barrocas, en La niña que hizo cosas tenéis una opción a elegir. Tal vez os encontréis con vuestra nueva novela preferida o, como en mi caso, un buen intento.

Me declaro fan de las brujas Hello y Goodbye y su pobre hermano Farewell.

3/5