Reseña: Trono de cristal - Sarah J. Maas

Título original: Throne of Glass (Throne of Glass #1)
Título en España: Trono de cristal (Trono de cristal #1)
Autora: Sarah J. Maas
Traducción: Diego de los Santos Domingo
Año de publicación: 2012
Editorial: Alfaguara
Páginas: 522

Tras un año de trabajos forzados en las minas de sal, la joven asesina Celaena Sardothien ha sido convocada por el príncipe del Reino de Endovier. Celaena no ha acudido con la intención de acabar con la vida del príncipe, sino con el deseo de conquistar su libertad. Si vence a veintitrés asesinos, ladrones y guerreros en una competición a vida o muerte, será liberada de prisión para ejercer como campeona real.
El príncipe la aconsejará. El capitán de la guardia la protegerá. Pero algo maligno se esconde en el palacio de cristal, y está allí para matar. Mientras sus competidores van muriendo uno a uno, la lucha de Celaena por conquistar su libertad se convierte en una lucha por sobrevivir y en una incesante búsqueda del origen del mal antes de que destruya el mundo.

Este libro tiene una nota media de 4.16 en Goodreads. ¿Cómo resistirme a sacar a relucir mi unpopular opinion y a ponerlo a caer de un burro? No puedo. Simplemente, no puedo.

Trono de cristal nos presenta la historia de Celaena, la mejor asesina del reino, que está cautiva en una mina de sal pagando por sus crímenes. Un buen día, el príncipe viene a buscarla para llevarla al castillo y que compita con otros individuos para convertirse en el brazo ejecutor del rey durante unos años y luego recobrar su libertad. Hasta ahí, bien. Uno podría esperar que este libro fuera trepidante y emocionante, lleno de acción y cuchilladas, ya que no dejan de repetirnos una y otra vez lo habilidosa y capaz que es Celaena... Sin embargo, buena parte de la novela se centra en eso: en palabrería, vestidos, comida y unos protagonistas con las hormonas en ebullición. Nos venden a Celaena como la protagonista pateadora-de-culos-te-mataría-con-una-pestaña-pero-no-lo-voy-a-hacer de turno, pero a mí no me ha parecido interesante como mero personaje, ni creo que sea tan kick-ass (solo tiene un par de escenas buenas); solo me parece una adolescente violenta con malos modales. Esto se podría haber solucionado si la historia hubiese hecho hincapié en esas famosas pruebas que la protagonista tiene que superar, pero la autora prefirió darle prioridad a los vestidos y a las hormonas antes que a demostrar que Celaena es tan mortífera como nos la quiere vender. Por otro lado están Dorian, el príncipe, que es otro que todavía no ha superado la edad del pavo, y Chaol, el capitán de la guardia, que es tan pardillo que me da pena y ganas de darle de merendar. El resto del personajes da absolutamente igual y ni me acuerdo de los nombres de la mayoría de ellos.

En el último tercio de la novela empiezan a ocurrir cosas y a formularse preguntas y misterios que consiguieron que no acabase tirando el libro por la ventana. Son detalles que recuerdan a la fantasía épica de antaño y comprendo que los fanses más acérrimos sientan algo de morriña, pero yo no he sido capaz de emocionarme apenas con ellos. El sistema de magia y el recurso de los ~*fantasmas de reyes muertos*~ pueden dar bastante de sí, como en otras sagas de fantasía anteriores (y mejores), pero de momento debemos conformarnos con una introducción. Es de esperar que las siguientes entregas sean más interesantes en este sentido (ya pueden, porque van a ser siete libros), pero para mí esta primera ha sido un fracaso absoluto. Creo que tiene demasiadas páginas y que transcurre demasiado tiempo sin que suceda nada nuevo. Cuando Celaena llega a la conclusión correcta, el lector ya lo sabía casi todo desde los primeros capítulos, ya que todo está narrado en tercera persona y podemos apreciar los detalles que la protagonista no tiene manera de conocer. Es decir, me he aburrido mucho.

Por otro lado, gran parte del pasado de Celaena es bastante más interesante que el presente, y aun así nos tocaría leer las chopotocientas mil novellas que anteceden a Trono de cristal para enterarnos. ¿No habría sido más fácil empezar por el principio (dichos relatos unidos en una novela normal) y luego seguir con esto? De este modo, Trono de cristal sería el típico libro-puente y no una pésima introducción. No sé qué pensaréis, pero es la sensación que me da (sé que ha salido un ómnibus con todas las novellas, pero no es a lo que me refiero).

Así pues, no, no lo recomiendo. No sé si me animaré con los siguientes, al menos de momento, aunque dicen que el segundo es bastante mejor. ¿Qué opináis?