Reseña: The White Forest - Adam McOmber

Título: The White Forest
Autor: Adam McOmber
Año de publicación: 2012
Editorial: Touchstone
Páginas: 303

Sinopsis

La joven Jane Silverlake vive con su padre en una propiedad desmoronada a las afueras de Hampstead Heath. Jane guarda un secreto —un don inexplicable que le permite ver las almas de los objetos fabricados por el hombre— y ello la aísla del exterior. Su mayor alegría es pasear por los campos de brezo con sus vecinos, Madeline y Nathan.

Sin embargo, cuando los tres amigos alcanzan la edad adulta, su idilio se hace añicos a causa de los sentimientos que ambas jóvenes desarrollan por Nathan, y del interés de éste por el culto dirigido por Ariston Day, un místico muy popular entre la élite londinense gracias a su gran carisma. Day anima a sus seguidores a explorar la manipulación de los sueños con el fin de descubrir un mundo extraño y oculto al que llama Empíreo.

Un año después, Nathan ha desaparecido y el famoso inspector Vidocq llega a Londres para aclarar los sucesos que provocaron la desaparición del joven. Al tiempo que una siniestra verdad sale a la luz, Jane se da cuenta de que debe descubrir los orígenes de su don y utilizarlo para encontrar a Nathan antes de que sea demasiado tarde.

(Sinopsis traducida por mayumako para Arias de Agua)

Opinión

Lo primero que encuentras al buscar opiniones sobre esta novela es «te encantará si eres fan de Sarah Waters». Solo he leído un libro de esa señora y lo odié, pero decidí arriesgarme. Y me salió mal.

Aunque parezca una tontería, el desencanto comenzó con la edición. Como ya dije en el IMM donde lo enseñé, es de tapa dura (verde musgo) con sobrecubierta (un tono irisado horrible) y páginas irregulares que se supone que quieren emular un libro antiguo pero que no pegan nada con el arcoiris horroroso de la sobrecubierta. Con lo bonita que es la foto de la portada... （＞д＜）.

Pasando a temas relevantes y argumentos más o menos defendibles, creo que lo único destacable de The White Forest es la originalidad del don de Jane. El hecho de que ésta sea una huérfana de madre que vive con su padre, medio ido de la perola, y tiene poderes no es algo que no nos hayamos encontrado miles de veces, pero el que ese poder consista en ver un mundo desconocido, despiadado y absolutamente blanco a través de las almas de los objetos fabricados por el hombre tiene su gracia, ¿no? Lo malo es que, según está contado, no impresiona demasiado y podría haberse aprovechado mucho más. Es decir, se nota que el autor ha tratado de crear un trasfondo para su historia, un misterio que resolver y no sé qué qué sé yo mágico que explique el extraño talento de la protagonista... pero se ha quedado corto, simplemente. Me da la impresión de que se ha centrado demasiado en la relación de Jane con Nathan (que es nada y menos), o la de Maddy con el mismo señor (que se veía venir desde el inicio de los tiempos...). Jane Silverlake no es una protagonista muy creíble, que digamos, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de desplantes que le hacen sus supuestos amigos, a los que ella reacciona con un brote psicótico que rápidamente se le pasa y luego vuelve a amar a sus vecinos con toda su alma. En ese sentido me recordó a Cathy, de A Spell of Winter, pero creo que en el caso de la última esos desbarajustes mentales estaban un poco más justificados y mejor representados. Tanto Maddy como Nathan son unos personajes bastante planos que nada pintan en la historia si no es para crear drama: la una de amiga traicionera y el otro de objeto de deseo que desaparece y da lugar a la trama de la novela en sí. También tenemos a Pascal, un francesillo gay al que dan ganas de de dar un bocata de fuagrás y que tampoco pinta mucho, y al malo malísimo, Ariston Day, que... sin más, la verdad. Por mucho que diga la sinopsis, mucho carisma no tiene. En resumen, que la plantilla de personajes no da para gran cosa.

La ambientación, por otro lado, es muy pobre. Nos dicen que es el Londres victoriano pero podría ser un pueblo perdido en la Alemania del siglo XVIII, por decir algo. La acción salta del campo a la ciudad y de la ciudad al campo sin que te enteres y también da tantos saltos en el tiempo por la vida de Jane que ya no sabes qué edad tiene, ni lo que ha pasado ya o no ha ocurrido todavía en esa escena. Además, aunque como ya dije, el autor ha tratado de crear un trasfondo y unos secretos para su historia, no acaba de explicarlos bien. Yo, personalmente, habría disfrutado mucho más de la historia si hubiese dedicado más páginas al tema de la Dama de las Flores en lugar de Nathan por allí, Nathan por allá. Llamadme rara, pero me gusta un buen misterio. Supongo que en realidad la trama quería centrarse en la amistad de Jane, Maddy y Nathan y en las disputas que surgen a causa del don de la primera, pero está llevada de un modo muy insulso que no despierta ningún sentimiento si no es el de aburrimiento. Sobra decir que los giros argumentales no son nada del otro mundo y que te los ves venir todos desde el principio, y que el final es agridulce pero fácil de olvidar, sin más.

Diría que lo recomiendo para fans de la época victoriana y las historias oscuras pero yo misma lo soy y no, la verdad es que no puedo recomendarlo. Mi punto positivo va por el don de Jane porque no he visto nada parecido, aunque me ha decepcionado demasiado como para animar a otros a probarlo.

2/5