Reseña: Bajo la misma estrella - John Green

Título original: The Fault in Our Stars
Título en España: Bajo la misma estrella
Autor: John Green
Traducción: Noemí Sobregués Arias
Año de publicación: 2012
Editorial: Nube de tinta
Páginas: 304

Sinopsis

A Hazel y a Gus les gustaría tener vidas más corrientes. Algunos dirían que no han nacido con estrella, que su mundo es injusto. Hazel y Gus son solo adolescentes, pero si algo les ha enseñado el cáncer que ambos padecen es que no hay tiempo para lamentaciones, porque, nos guste o no, solo existe el hoy y el ahora. Y por el lo, con la intención de hacer realidad el mayor deseo de Hazel - conocer a su escritor favorito -, cruzarán juntos el Atlántico para vivir una aventura contrarreloj, tan catártica como desgarradora. Destino: Amsterdam, el lugar donde reside el enigmático y malhumorado escritor, la única persona que tal vez pueda ayudarles a ordenar las piezas del enorme puzle del que forman parte...Rebosante de agudeza y esperanza, Bajo la misma estrella es la novela que ha catapultado a John Green al éxito. Una historia que explora cuán exquisita, inesperada y trágica puede ser la aventura de saberse vivo y de querer a alguien. 

Opinión

Estoy preparada para un debate feroz e intenso, pero las verduras, las navajas y las armas de fuego, os las dejáis fuera.

El medio punto que le doy a esta historia es por determinados fragmentos de diálogo que, aislados de lo que es el libro en sí, tienen algo de sentido, y normalmente en boca del señor Van Houten. Una vez dicho esto, los nerdfighters y demás fanses acérrimos de John Green pueden cerrar la ventana si no quieren acabar con un cabreo ulceroso que pueda desembocar en un boicot a este mi humilde blog. Para el resto, ¡hola!

Para mí, Bajo la misma estrella es un libro sobre niños con cáncer como otro cualquiera. Uno de los miles de libros sobre niños con cáncer que existen en el mundo. Sí, tengo corazón, aunque no os lo creáis. Es una novela que me ha enfadado e indignado mucho y no precisamente por el destino y condición de sus jóvenes protagonistas, sino por diferentes aspectos que os expongo a continuación.

No sé cómo será la vida de los enfermos de cáncer en Estados Unidos pero lo que yo he leído en este libro se aleja años luz de la realidad que he visto a lo largo de mi vida. No puedo estar de acuerdo con alguien que dice que los enfermos son marginados por la sociedad y, al mismo tiempo, parece condenar a las personas sanas por sentir compasión o por conceder un último deseo a los jóvenes y niños en estado terminal. Son incontables los momentos en los que Hazel o Gus se burlan de los adultos que no saben cómo comportarse ante un joven con cáncer, de las personas que dejan comentarios en el perfil de Internet de alguien cuando muere, de los médicos que les regalan botellas de champán cuando nadie mira, de los que tratan de encontrar por todos los medios nuevos tratamientos que les alarguen la vida, o simplemente de cualquier persona sana que «no sabe lo que es el dolor». Como persona sana (toquemos madera), me siento ofendida. Tampoco puedo olvidar a Monica, que acabó con el coche hecho unos zorros sólo porque no se sentía capaz de mantener una relación con una persona discapacitada; ni a Kaitlyn, que parece no ser suficiente para Hazel porque sale con chicos, se compra zapatos y no es una adolescente moribunda. ¡Hola, queridos! Todos somos humanos.

Hazel, por su parte, es una protagonista normal con la peculiaridad de que no puede respirar sin oxígeno y que, de vez en cuando, se marca unos monólogos sobre filosofía, sociología y literatura que ya les gustaría a muchos profesores en mi facultad. Qué cosas tiene la vida, que no sabía yo que el cáncer te hacía más listo. Debe de ser un efecto colateral de estar muriéndose. Ahora bien, el maestro de la pedantería es el amigo Augustus Waters. Este personaje me indigna mucho más que cualquier otro en la novela. No porque tenga cáncer de huesos, ni porque le falte una pierna, ni porque esté macizo y provoque el insta-love que nadie reconoce y que yo tanto odio, sino porque tiene la absurda necesidad de dejar huella en el mundo antes de morirse. La gran mayoría de las muertes son insignificantes. Todos nos morimos algún día y da igual lo que hayamos hecho en la vida. Antes de llegar a la mitad del libro ya quería tirarlo por un canal holandés. Por supuesto, que sea un flipado y un pedante no ayuda nada. Le quitaba el cigarro de los labios de un sopapo. Isaac me da penica, pero es el único que se comporta acorde con su edad, creo yo.

Tampoco soy capaz de encontrar un mensaje en la novela. ¿La vida es corta y hay que disfrutarla? ¿La gente con cáncer es más lista que la gente sana? ¿Tener una enfermedad en estado terminal te da derecho a despreciar a todos los demás? ¿Si no dejas huella en el mundo y todos te olvidan, tu vida no ha valido la pena? ¿Los chicos de diecisiete años sin una pierna no siempre son vírgenes? ¿Si te enrollas con un ciego no puedes dejarle por temor a que tus bienes materiales salgan perjudicados? Un libro de niños con cáncer siempre es triste, lacrimógeno y falsamente inspirador. No me parece bien jugar con la sensibilidad de la gente y hacer dinero con un best-seller que no aporta absolutamente nada. Entiendo que haya alguno que necesite que le recuerden constantemente que hay personas que tienen una vida más difícil que la suya y que el amor es bonito y que la mortalidad infantil y juvenil te rompe el corazón aunque no conozcas al niño muerto en cuestión, pero por cosas como esta y otras obviedades no soporto a John Green. Este ha sido él primer, único y último libro que leeré de este autor y me podéis quemar en la hoguera por ello.

El final de la novela me ha parecido demasiado largo y es evidente que pretende hacer llorar al lector como una magdalena. Sinceramente, viendo el último capítulo, la historia podría haber terminado unas cincuenta páginas antes. Cuando se acabó, pensé que me faltaba parte del libro. ¿Tantos capítulos más para esto? En fin.

Este ha sido un resumen de mi opinión sobre Bajo la misma estrella. Sé que la enorme mayoría de los que estáis leyendo esta entrada me vais a odiar y seguramente alguno esté pensando en escribir un comentario rebatiéndome todo lo que he dicho. No pretendo enseñaros el mundo de las ideas con esta reseña, pero agradecería que no os pasaseis mucho y que disfrutarais de esta historia todo lo que podáis, a pesar de mí.

1,5/5